El libro rojo de Ave

El órdago

Dada la especial importancia derivada del empleo de este término, intentaremos facilitar unas claves "lógicas" que nos sirvan de ayuda para la toma de una decisión tan delicada como es la aceptación del Órdago rival.

Debemos en primer lugar definir y concretar las condiciones en el momento en que se produce el Órdago, ya que según estemos por delante o por detrás en el tanteo, las posibilidades en el acierto pueden ser mayores o menores, como norma general, siempre que existe una diferencia excesiva o notoria en el tanteo (15 tantos o más) a nuestro favor, los Órdagos o envites muy elevados recibidos son la consecuencia lógica de dicha diferencia y arma ofensiva del rival para acortar diferencias.

La mayoría de estos elevados envites y Órdagos suelen ser " vacíos" o sin el respaldo de una buena jugada, pero su aceptación conlleva el hacer caso omiso de la aludida ventaja y es un riesgo que hay que meditar detenidamente. Viendo el lado positivo, no hay que descartar a "priori", las opciones que se nos presentan en estas circunstancias para finiquitar el juego.

Como norma, recibir un Órdago o un envite elevado cuando la ventaja está del lado del que los lanza, hace suponer que sí hay jugada que lo respalda.

De igual forma, aceptamos que cuando se realizan envites cortos, es porque se está optando por una estrategia de "captación", mucho más efectiva y práctica para aumentar nuestro tanteo poco a poco sin correr demasiados riesgos, que el empleo de envites medios o altos (>5 tantos), que normalmente son empleados con dos finalidades:

• Como armas disuasorias, sin jugada que lo sustente.
• Como ardid o trampa calculada.

El logro de conseguir que un envite medio o elevado, aparente ser "vacío" y por consiguiente sea atractivo para le rival su aceptación, uno de los retos por alcanzar y cumplir.

Independientemente de todo esto, recalcamos la importancia en matizar siempre que la aceptación de un Órdago debe ir precedida de un análisis lógico, meticuloso y sobretodo, consensuado con nuestro compañero.

Los Órdagos aceptados en estos lances, la mayoría de las veces son consecuencia de jugadas encontradas casi siempre sin efectuarse un primer descarte, es muy difícil evitar su aceptación ya que casi siempre, las posibilidades de que una buena jugada como pueda ser RRCS pueda ser superada por el rival, casi siempre se nos antoja, y de hecho puede que así sea, muy remotas.

Para evitar caer en el error, es recomendable siempre evitar una respuesta precipitada o inmediata.

Los Órdagos a Pares, como norma general, suelen lanzarse y recibirse en posesión de Duples, y aunque esto es menos frecuente, con Medias, exceptuando la circunstancia que se da estando por finalizar un juego, que se pueden aceptar y lanzar con Pares simples (ante la ausencia de cualquier otra alternativa válida).

Para tratar de evitar recibir un Órdago sobre un envite medio o elevado propio, es recomendable en primer lugar, sondear al rival con objeto de que "descubra" la posible calidad de sus Pares, esto se puede lograr realizando envites pequeños a Grande y Chica, envites que de ser aceptados si posteriormente se produce un fuerte revoque en Pares, delatarían la presencia de los Duples.

"No debemos como norma, bajo ningún concepto, llegar al lance de Pares a ciegas sin tocar los lances anteriores."

Sería aconsejable meditar bien su aceptación si…..

1. El rival posee un Juego sin Pares.
2. Vamos por detrás en el tanteo y recibimos el Órdago..
3. Habiendo dejado todo en paso nos lanzan el Órdago al Juego.
4. El rival cierra envites pequeños en G y P con "Juego Sí".
5. Vamos con mucha holgura en el tanteo (15 tantos o más).

Sólo estamos obligados realmente a aceptar un Órdago si existe la posibilidad de que el contrario pueda salirse por tanteo".