Configurar Zonamus

Para poder acceder a los salones, es preciso que configures tu router abriendo un puerto. En este manual te esplicamos la mejor forma de accerlo y poder acceder a los salones de Zonamus.

Manual Zonamus

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El libro rojo de Ave

El descarte

El número de descartes dados a lo largo de una mano es importante en el Mus, y define una dualidad prácticamente proporcional en las opciones de la pareja Mano y Postre.

No hay ninguna duda en comprender que si somos Mano, cuantas más veces se nos otorgue la posibilidad de mejorar nuestra jugada, la seguridad de obtener un mayor número de tantos se verá incrementada substancialmente.

Sobretodo con la consecución del juego (recordemos que la posesión de las 31 ya otorga 3 puntos a su poseedor, amén de los que pueda obtener en el envite a juego).

Por el contrario, y en el reverso de la moneda, se encuentra el caso de ser "Postre", al no poder cortar el Mus y conceder al rival continuos descartes, nuestras posibilidades decrecen progresivamente.

Por todo ello, y si es posible, un objetivo que debemos tratar de conseguir es que el rival tenga los menos descartes posibles (o ninguno) si es Mano, y así, obligarle a jugar con las primeras cartas repartidas aunque al final de la mano, se haya ganado los mismos tantos que nosotros.

En el Mus se obtienen dos clase de ventaja:

  • Material, que se traduce en tantos.
  • Táctica, consistente en el "corte" de la Mano rival, hecho éste, que extraña y no llega por completo a entender el jugador novicio.
Otra consideración a tener en cuenta, es que la aceptación de los envites en cualquiera de los lances, debe ser más prudente y meditada a medida que se vayan produciendo los descartes.

"El valor o peso de las jugadas disminuye a medida que se van sucediendo los descartes."

¿Qué naipes tirar y cuales debemos quedarnos...?

Es relativamente fácil deducir que ya que los "Pares" y sobre todo el "Juego" son las bazas donde se pueden obtener de forma natural mayor número de tantos (al contabilizarse el valor de los naipes de ambos miembros de la pareja), como norma general, nuestros descartes deben estar orientados a lograr los pares más altos (2 Reyes o una combinación mejor como Medias o Duples) y sobre todo, lograr obtener y ganar el Juego.

Esto no significa en modo alguno, que en el resto de lances no se puedan obtener un elevado número de tantos o incluso un Juego completo.

También, y dependiendo de en qué fase se encuentre el juego, el descarte podrá estar alejado de esta premisa poniendo por ejemplo, la validez y coherencia de quedarse con uno o dos Ases siendo Mano o postre, cuando estemos a falta de muy pocos tantos, ya que mejoraremos las opciones de ganar la "Chica" e incluso poder obtener Medias de ASES o DUPLES.

Las opciones más habituales en caso de que se produzca el "Descarte", están pues, en:

  1. Desechar las cartas malas AS,4,5,6,7 siempre que no vayan acompañadas de una figura (Sota, Caballo o Rey/Tres), ya que 5+6 y 7+4 con dos figuras sumarían las "31", quedándonos con las combinaciones de Rey/Sota, Rey/Caballo para facilitar la obtención de "Pares" y Juego", o de Rey/Caballo o Sota y AS o Dos, para tener opciones a sumar las "31" con o sin "Pares".

  2. Quedarnos siempre con dos figuras pares, (dos Caballos, dos Sotas, dos Reyes, con la misma finalidad anterior, aumentando las posibilidades de obtener Medias o Duples con o sin Juego.

  3. Al igual que en el apartado anterior, considero que mantener dos Ases, es un buen descarte y no solo en el caso de ser "Postre".

Cuando se juega sin descarte (primer reparto), o mejor dicho, cuando el contrario nos obliga a adoptar esta forma de juego, debemos tener en cuenta que la tabla de valores para las distintas jugadas se altera.

La jugada de 27,28,29 o 30 al Punto con REY-Caballo, acompañada de As-Cuatro o dos Ases de nuestro compañero (por ejemplo), que en principio no parece una seductora alternativa de corte, sin descarte puede suponer la consecución de un número de tantos significativo e importante que debemos valorar como una buena opción para quitar Mano al rival e incluso, y tal y como hemos apuntado, defender la propia.