El libro rojo de Ave

La comunicación

Este punto, también se considera de vital importancia, ya que la falta de entendimiento entre los miembros de la pareja puede traer consigo, la pérdida absurda de un juego que podría haberse de otro modo, ganado.

La comunicación, al igual que las señas, que en principio pueden realizarse antes de "cortar" el Mus, deben ser lo suficientemente claras inicialmente, como para poder desarrollar la partida sin continuas preguntas, y sólo ante un envite muy elevado o un órdago, se recurrirá a la posterior consulta.

Es al final del juego, con ambas parejas a falta de pocos tantos, cuando la aceptación errónea de los envites o de un órdago poco meditado, o carente de una previa consulta al compañero, puede suponer un error irreparable.

Debemos en las circunstancias antes aludidas, hacer partícipe siempre a nuestro compañero de partida sobre la aceptación o rechazo de los envites, y si la situación dada, es la inevitable aceptación de un órdago, la decisión deberá ser de común acuerdo y basada en un criterio lógico, es decir, aceptarlo como única alternativa o mejor opción disponible.

Pero no solamente una buena comunicación tiene por finalidad la fluidez, amenidad del juego y la omisión de errores, también contribuye de forma notoria a darle un "ritmo" a la partida y para "trasmitir" al rival la información que mejor convenga a nuestros fines y propósitos.

Se deben corregir algunas pequeñas lagunas que suelen provocar la pérdida de algún que otro juego que podría haber sido ganado o de un número de tantos significativo e importante.

Debe quedar claro para el compañero, tanto si el corte es propio o del rival que disponemos de alguna buena jugada, para que no se produzca dicho error, podemos indicarle que en esa mano las decisiones corren de nuestra cuenta. Fijaremos como "buenas jugadas" todas aquellas que supongan al "Paso" la obtención de un mínimo de 4 tantos, excluyendo de este término los Duples sin Juego ni Punto, o sin Reyes ni Ases y las 31 sin Pares.